Federico Herrero

Artista | Costa Rica

Una de las cosas que más disfruté durante mi estancia en Monte Azul, además del diseño y la comodidad, fue la gente que conocí ahí, tanto la gente de Monte Azul como la gente del pueblo de Chimirol. Todos eran personajes y había tanta amabilidad, solo puedo pensar que la naturaleza puede sacar estas cosas en las personas. Sin embargo, hay algo más en el valle donde se ubica Monte Azul, algo mágico.

Nunca he tenido mucha suerte a la hora de ver animales en estado salvaje, pero en el estudio ¡ellos vinieron a mí! Vi por primera y única vez hasta ahora un Tolomuco (Tyra en español), un animal que parecía una combinación de zorro y gato, como un ser no de esta Tierra. Este animal se mueve con tanta gracia dentro del bosque que no puedo dejar de pensar en ello. «Pintar y trabajar en el estudio fue una de las cosas más inspiradoras que he experimentado, con el abrazo de las montañas y toda la vida que había allí, mirándote, mirándome con la misma curiosidad que uno tenía hacia ellas.

Hay momentos en la vida en los que uno se siente bien, hay claridad y paz… los momentos en los que he estado en Monte Azul han sido así.